En un futuro no muy lejano, los seres humanos empezaremos a tener sexo con robots. Se estima que para 2045 tendremos esta tecnología disponible. Sí, es cierto, en este momento ya se tiene sexo con máquinas -desde muy asequibles juguetes sexuales, hasta sofisticados muñecos/as sexuales-. El placer sexual es un derecho sexual y, está asociado a una necesidad inherente a los humanos. Y, por tanto, habrá intereses económicos vinculados. Pero no solo eso.
Para que algo sea considerado un robot debe tener cierta autonomía. Es decir, debe actuar en función a lo que ha sido programado. Ya parece bastante claro que actuará en función de inteligencias artificiales. De hecho, empleará más bien machine learning y deep learning. Así, que vamos a explorar un poco en qué consistirá.
El robot tendrá reconocimiento facial de las emociones humanas -ya hemos entrenado a maquinas para ello-, así que responderá a nuestras necesidades, no solo sexuales, sino emocionales en función de cómo nos sintamos. Si detecta un estado de ánimo deprimido, podrá tener varios comportamientos a desplegar, entre ellos llamar a un médico o un familiar. Podrá saber si la persona tiene deseo sexual o no y actuar en consecuencia. Dispondrá de dispositivos en sus genitales (termistores, dinamómetros, pletismógráfos…) que evaluaran la excitación sexual de los hombres o mujeres que estén con él/ella. Y podrá saber, si aumentar el ritmo, si cambiar de posición, si incrementar la estimulación. Pero, sobre todo, tendrá la posibilidad de ir aprendiendo de nosotros y de lo que le gusta a otras personas como nosotros, así estén en China o Finlandia.
Todas las personas estaremos en clústers sexuales. Donde hay grandes posibilidades de que, lo que le guste a otras personas de ese mismo clúster, también te guste a ti. Así que el robot irá aprendiendo qué incluir en tu menú sexual y qué no. Sí estás dentro del BDSM, él lo sabrá y actuará en consecuencia, sabrá tus fantasías sexuales y podrá involucrarse en ellas. Tendrá temperatura e incluso cambios de humor. Si lo sentimos muy artificial, el robot podría rechazar nuestra interacción sexual. El robot te rechazará si eso lo hace mejor ti. A nivel sexual, ningún pene humano podrá competir con un androide. Tampoco las mujeres serán rival para las ginoides. Para 2100 el sexo entre humanos podría ser algo excepcional. El Kamasutra, relegado a los libros de historia como una práctica troglodita de nosotros, sus ancestros.
Y, por supuesto, aparecerán nuevos problemas y dilemas éticos. Parece que la aceptación de estos robots será generalizada entre los más jóvenes. Y podrán diseñarse siguiendo el comportamiento y la estética de tu recientemente fallecido cónyuge. Así podrás, no solo tener sexo, sino interactuar con un modelo conductual y estético de tu expareja. Los problemas psicológicos que esto traerá nadie los conoce. También se podrá emplear, para alejar a los pederastas de los niños humanos. Si bien no sabemos si esto servirá de puerta de entrada al este trastorno parafílico. Hombres y mujeres morirán mientras tienen sexo con robots. Al igual que sucede en la actualidad -entre seres de carne y hueso.
PhD. Pablo Vallejo Medina.